¿Controlas tus posesiones o ellas te controlan a ti?

Un tema recurrente en los procesos de coaching y «re-invención personal» es el «tener». Sin darnos cuenta, nos vamos rodeando de objetos que hemos ido acumulando a lo largo del tiempo para satisfacer necesidades más o menos definidas. Algunas de estas propiedades son usadas con regularidad y tienen un propósito claro y evidente (por ejemplo, los utensilios que utilizamos para cocinar, sábanas, toallas y elementos similares). Sin embargo, una gran cantidad de artículos que abundan en nuestras casas o espacios de trabajo no tienen una funcionalidad específica. En su momento fueron adquiridos para satisfacer un capricho, deseo o carencia, y yacen allí, después de haberse agotado la euforia de su adquisición o la desaparición de la causa que nos hizo comprarlos.

El acumular sin control tiene varias consecuencias que pueden no ser valoradas a primera vista. La más notoria es el aumento del tiempo dedicado a mantener, limpiar, ordenar o gestionar esas propiedades que hemos ido comprando. Una casa con mayor area o más muebles es más difícil de limpiar y mantener ordenada. Una mayor cantidad de ropa hace que tengamos que disponer de más armarios y espacio para guardarla, además de tener que aumentar la frecuencia de lavado, planchado y secado de la misma. Lo mismo ocurre con juguetes, artilugios electrónicos, películas, video-juegos y demás.

Algunos/as dirán que «mientras esté ordenado y no ocupe demasiado espacio, no pasa nada». Sin embargo, a la hora de mudarse o hacer una limpieza general, comenzamos a padecer los efectos de tener objetos que no aportan satisfacción a nuestra vida y si dificultan el dedicar tiempo a lo realmente importante (el auto-conocimiento, crecimiento personal a nivel físico e intelectual, las relaciones con los demás, el tiempo con los seres queridos, etc.).

Para muchos, el pensar en deshacerse de cosas innecesarias, de la naturaleza que sean, va aparejado a un «sentimiento de pérdida»: «¿Pero cómo voy a tirar esto si está nuevo?», «Tal vez lo necesite más adelante», «Ahora que recordé que lo tengo, lo usaré más seguido», «No voy a tirar esto si puedo venderlo (y luego no se hace)». Estas y otras son excusas comunes para evitar el temido momento de soltar. Una causa bastante común para no deshacernos de pertenencias es el pensar que «perderemos dinero». En realidad, en el momento en que compramos algo que no vamos a usar o por capricho, ya lo hemos perdido, no después!

Algunas sugerencias para que el proceso sea más fácil:

1. Haz un inventario exhaustivo de todas tus posesiones. Incluye los objetos propios como los compartidos con los demás miembros de la familia. Puedes separarlo por habitaciones o estancias de tu casa o lugar de trabajo. Vacía los cajones, armarios, cajas y demás espacios de almacenamiento. Procesa únicamente los que sean tuyos para evitar problemas!

2. Examina cuales de esos objetos no has usado en los últimos 6 meses.

3. Haz tres montones: conservar, tirar, donar / vender. Clasifica todo lo que has inventariado en estas categorías. Para facilitar el proceso de decisión, utiliza estos criterios:

  • ¿Es fácilmente reemplazable? (Si lo es, puedes prescindir de ello)
  • ¿Lo uso al menos una vez al día / semana / mes? (Si lo usas con regularidad, es probable que lo necesites. Consérvalo.)
  • ¿Requiere mantenimiento constante /regular? (A mayor mantenimiento, menos tiempo libre. Es realmente necesario conservarlo?)
  • ¿Lo conservo por razones prácticas o emocionales? (Si son prácticas, probablemente quieras conservarlo. Si son emocionales, examina si el guardarlo tiene algún tipo de beneficio o te «hace más feliz» así no lo veas/uses).
  • ¿Tengo más de uno de estos? (Aplica para objetos con funciones similares. De verdad necesitas 2 ó más juegos de herramientas?)

4. Una vez clasificados, ordena con cuidado lo que has decidido conservar en el sitio asignado para cada cosa. Los montones «tirar» y «donar/vender» deben ser procesados de inmediato, es decir, poner a la venta (por internet o en persona) aquello que hayas clasificado como tal y tirar lo que ya no te sirva. No caigas en la tentación de «dejarlo para después», porque lo más probable es que te canses de ver la(s) bolsa(s) o caja(s) y termines guardándola(s) en algún lugar para no verla(s), con lo que perderías el trabajo realizado.

Es importante ejecutar este proceso lentamente y con paciencia. No pretendas «limpiar» toda la casa o tu lugar de trabajo en un solo día. Comienza por una habitación o estancia y no cambies de lugar hasta que hayas procesado todos los objetos que contiene. Recuerda, lo que posees no te define como persona o te hace «ganar puntos» delante de los demás!

El contar en general con lo que se usa y disfruta proporciona una sensación de espacio y orden muy agradable, además de no contribuir a polucionar más el planeta con residuos innecesario para satisfacer caprichos o deseos pasajeros. Los espacios limpios invitan a la creatividad y la reflexión.

Por último, es importante crear y ejecutar una «rutina de mantenimiento» para que no perdamos nuevamente el control. De ello hablaremos en el próximo post.

Sigue tu pasión y déjate de tonterías

El jueves pasado tuve la oportunidad de compartir parte de mi experiencia vital con la gente de Scalabble y quienes asistieron a la charla «Sigue tu pasión y déjate de tonterías», en la que hablé de mi actual tránsito del mundo tecnológico al coaching y el desarrollo personal, contando lo bueno, lo malo y lo feo de la aventura, para que quienes se están planteando darle un giro a sus vidas, o simplemente quieran encontrar una mayor motivación o placer en lo que hacen, tengan pistas y claves para disfrutarlo sin morir en el intento!

Me encantó la idea que tienen en Scalabble de aglutinar organizaciones, tendencias y personas para cambiar y/o renovar los paradigmas de negocio, comunicación y percepción de la realidad que se tiene en el mundo de la empresa. Su enfoque es fresco, atrevido, innovador y sobre todo, muy valiente, cosa que hace mucha falta en estos tiempos de incertidumbre. El ambiente que se respira en el grupo es de camaradería, alegría y sobre todo, motivación y ganas de comerse el mundo: Me sentí como en casa!

Desde aquí envío mi enorme gratitud a Susana, Bea, Javi, María y a todos y cada uno / a de los / las asistentes por acogerme, tenerme paciencia, saltar conmigo al ritmo de Highway to Hell, tomarse la molestia de comentar el evento y sobre todo, haber resistido mi perorata hasta el final. Espero que volvamos a encontrarnos muy pronto!

Sobre las emociones

Cuando se habla sobre lo que diferencia al ser humano de los otros seres sensibles del planeta, se menciona mucho la capacidad de sentir, en concreto, las emociones y el poder reaccionar con una amplia gama de sentimientos hacia diversas situaciones: la risa, la furia, la ira, la alegría, la tristeza, la rabia, el enfado, la impasibilidad y muchas otras que sería largo mencionar. Sin embargo, cuando dejamos que estas manifestaciones se apropien de nuestra voluntad y nos creemos aquello de «estoy enfadado», «estoy triste» o «estoy alegre», dejamos de ver la verdadera naturaleza de las emociones: su fugacidad y alta volatilidad, asociándolas además con todo nuestro ser.

La mente es la que produce y genera todo tipo de información que asociamos automáticamente con la totalidad de nuestro ser. Con un simple ejercicio, el de «disociar» lo que «piensa» la mente y nuestra verdadera naturaleza, nos podemos separar de los efectos negativos de una emoción agresiva que se apropia de nosotros. Cómo se hace? Simplemente al experimentar cualquier emoción, nos decimos «mi mente piensa que estoy enfadado», con lo que quitaremos hierro a cualquier situación que haya creado nuestra mente y que atente contra nuestro propio equilibrio.

Para las emociones positivas, podemos escoger donde y cómo queremos experimentarlas, y no simplemente dejarnos llevar ciegamente por la euforia de un momento dado. Esta capacidad de decidir es lo que constituye la verdadera libertad del individuo: el no ser esclavo de ningún tipo de emoción, por intensa o recurrente que sea.

Y para terminar, una asociación que puede ser útil a la hora de valorar los pensamientos en su justa medida: «Las emociones son como los fuegos artificiales: cuando llegan y ocurren, hay mucho ruido, luces y colores. Pero un segundo después, se desvanecen en la oscuridad y no queda absolutamente nada».

Charla «Sigue tu pasión y déjate de tonterías»

El próximo 7 de abril estaré en Scalabble (Plaza del Portillo 3, Zaragoza) compartiendo con los y las asistentes mi experiencia particular al saltar del sector de la tecnología al del coaching y el desarrollo personal. Será una charla participativa y espero, motivadora y amena. Si estás cerca el próximo jueves, no dejes de asistir. La entrada es gratuita (hasta completar aforo) y comenzamos a las 20h.