La meditación en todas partes

Cuando impartimos charlas sobre meditación, la gente nos suele preguntar sobre cual es el mejor tipo de meditación que existe. Y la respuesta casi siempre es la misma: depende!, ya que todas las personas somos distintas y por tanto, la manera de meditar de cada uno es muy personal.

Sin embargo, también es importante aclarar que la meditación no consiste únicamente en el acto de sentarse, cerrar los ojos, relajar el cuerpo y «poner la mente en blanco». La experiencia de estar con nosotros mismos va mucho más allá y curiosamente puede experimentarse de muchas maneras «poco ortodoxas». En los textos clásicos budistas, se habla de sastres y zapateros que alcanzaron la iluminación simplemente ejerciendo su oficio con atención y entrega, lo que nos lleva a pensar que el ejercicio meditativo consiste, más que en dominar una técnica o practicarla regularmente (que también es importante), en poder estar con nosotros mismos de manera tranquila para darnos un respiro de tanto «ruido mental» y poder volver al punto de equilibrio.

Podemos meditar mientras cocinamos, escuchamos música, limpiando la casa, fregando los platos (mi manera «casera» de meditación favorita), mientras caminamos y en general, si estamos completa y verdaderamente presentes en lo que hacemos: concentrados en la tarea sin dejar que la mente divague sobre lo que haremos después o lo que hemos dejado de hacer.

Y para terminar, una sugerencia: si se te dificulta «centrar» la mente, puedes concentrarte en tu respiración (el acto de inhalar y exhalar) o contar cada vez que respires (1 inhalas, 2 exhalas, 3 inhalas, 4 exhalas, y vuelta a empezar) para tener un «punto de referencia» al que volver si te distraes. Comienza meditando por periodos cortos que irás alargando a medida que adquieras práctica. Pruébalo, es sencillo!

Quédate en silencio y a solas

Es curioso ver como en estos tiempos de estrés y altísima exigencia, cada vez más la soledad y el tiempo para cada uno se ven como algo innecesario y hasta perjudicial. El apartarse del mundanal ruido es un comportamiento «altamente desaconsejable, ya que la unión hace la fuerza», dicen. Sin embargo, el exponernos cada vez más a la influencia de medios e intereses ajenos a los nuestros hace que vayamos perdiendo progresivamente la capacidad de mirar hacia adentro y encontrar aquello que nos gusta en realidad, que nos distingue de los demás y que nos permite cambiar, así sea de manera casi imperceptible, el mundo que nos rodea para convertirlo en un lugar mejor para vivir.

La creatividad es fruto del silencio y la introspección. ¿Cuantas veces se nos ha ocurrido una idea novedosa cuando caminamos por un sitio tranquilo, escuchamos música relajante o simplemente estamos sentados en algún lugar que no esté invadido por ruidos y distracciones que compiten a cada momento por llamar nuestra atención? Y en cambio, ¿cuantas se nos han ocurrido en medio de una situación de estrés, un ruido insoportable o un lugar lleno de gente que habla a la vez?

El permanecer tranquilos y a solas regularmente nos permite encontrar la esencia de quienes somos en realidad, y poder crear a placer aquella realidad que hasta ahora sólo existe en nuestra mente, compartiéndola con el mundo. No hay nada de malo con disfrutar del silencio y la soledad de vez en cuando, por el contrario, estos espacios de calma y para nosotros son el medio ideal para ir más allá de aquello que nos dicen que debemos pensar, decir o hacer.

Al principio puede que cueste, pero la práctica hace al maestro. Comenzar con 1 ó 2 minutos de soledad y tranquilidad, sin ruidos o molestias puede que parezca poco, pero es un excelente entrenamiento para ir aumentando paulatinamente este espacio propio e íntimo tan necesario en los tiempos que corren.

Y para terminar, para aquellos que no recuerdan cómo estar solos, les dejamos este vídeo explicativo. Disfruten!

httpv://www.youtube.com/watch?v=k7X7sZzSXYs