El Poder de la Sonrisa

El post de hoy es cortesía de Alberto Mateos, un buen amigo y colaborador. En el, Ron Gutman nos habla de manera clara y amena sobre el gran poder que tiene la sonrisa, así sea falsa, y todos los beneficios físicos y mentales que nos aporta. Así que, a sonreír!

¿Cómo es tu dia ideal?

Resulta cuando menos curioso ver que muchos de nosotros pensamos que queremos vivir o experimentar determinadas situaciones, pero normalmente no las ponemos en contexto, es decir, aparte de ser deseos aislados, no se tiene un plan o una estrategia para hacerlas realidad. Simplemente se quedan en frases del estilo «si pudiera, iría / compraría / tendría / aprendería…»

Sin embargo, si dedicamos el tiempo necesario a plasmar estos deseos en un plan concreto que pueda dar lugar a acciones realizables, de repente esos deseos de «algún día» se transforman en una realidad alcanzable.

Una buena pregunta para comenzar es: ¿Cómo es tu día ideal?, que puede interpretarse como: qué cosas te gustaría hacer en un día en el que todo fuera tal como tu quieres? Antes de responder: «me gustaría no hacer nada» o «dejar de preocuparme», ten en cuenta que así el primer impulso sea el de «liberarse» de aquellas cosas que no nos gusta hacer o que hacemos por obligación o necesidad, hay otras actividades que nos motivan, nos hacen sentir felices y sobre todo, nos dan la posibilidad de crear y de paso, poder cambiar la realidad en la que vivimos.

Una vez aclarado lo anterior, prepara papel y lápiz e imagina cómo sería el día perfecto: qué harías al levantarte? Qué comerías? Cómo gestionarías tu tiempo? A qué lo dedicarías? Cuantas horas te gustaría dormir y estar despierto? Donde te gustaría estar? Con quien te gustaría compartir este día ideal? Incluso puedes hacer un horario de actividades, si quieres.

Una vez terminado, revísalo y ve punto por punto. Comprueba que todo aquello que has escrito se ajusta a tus deseos. A veces el impulso hace que pongamos cosas que en realidad no queremos hacer de manera regular, o que se limitan a un experiencia que es difícil que se repita. Déjalas a un lado por el momento. Lo importante es crear una guía de aquellas actividades que te gustaría repetir normalmente porque las disfrutas o te aportan lo que busques: tranquilidad, alegría, plenitud, etc.

Ya tienes tu lista. El siguiente paso es preguntarte cómo convertirla en tu realidad diaria. Puede que necesites eliminar o cambiar ciertos hábitos, ver las cosas de otra manera, replantearte compromisos o relaciones o incluso cambiar de trabajo o ciudad. Pregúntate qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para hacerla posible. ¿Qué si vale la pena? Imagina tu vida como una sucesión de días ideales. Suena bien, verdad?