Charla «Sigue tu pasión y déjate de tonterías»

El próximo 7 de abril estaré en Scalabble (Plaza del Portillo 3, Zaragoza) compartiendo con los y las asistentes mi experiencia particular al saltar del sector de la tecnología al del coaching y el desarrollo personal. Será una charla participativa y espero, motivadora y amena. Si estás cerca el próximo jueves, no dejes de asistir. La entrada es gratuita (hasta completar aforo) y comenzamos a las 20h.

Agendas Ocultas

El pensar, decir y hacer lo mismo, que en principio suena fácil y sensato, se convierte en un imposible cuando nos percatamos de lo dispares que pueden ser estos tres conceptos en la práctica. ¿Podríamos plantearnos vivir en coherencia respetando estas tres ideas fundamentales?

Normalmente, la vida de la mayoría de las personas se desarrolla en dos frentes: la imagen pública y la creencia privada o auto-imagen «real». ¿Qué quiere decir esto? Simplemente que expresamos determinadas ideas pero a la vez estamos pensando o haciendo otras muy distintas.

Estos comportamientos son los que originan las llamadas agendas ocultas, es decir, la verdadera motivación o razón por la cual estamos diciendo, actuando o pensando de determinada manera. Para entenderlo mejor, vamos a ilustrarlo con un ejemplo:

Supongamos que conocemos a una persona que puede ayudarnos a conseguir un ascenso o un beneficio laboral similar. Al tener esto en mente, comenzamos a tratarlo o tratarla con deferencia para que piense / sienta que lo o la consideramos especial. Para esa persona, nuestro comportamiento simplemente le hará creer que es alguien que merece nuestro aprecio y deferencia, cuando en realidad lo que está ocurriendo es que le estamos «predisponiendo» a que actúe en nuestro favor cuando llegue el momento adecuado.

La presencia de estas agendas ocultas consume energía y nos expone a situaciones potencialmente perjudiciales en el corto y largo plazo. Si consideramos las ventajas de la coherencia explicada anteriormente (pensar, decir y hacer lo mismo), veremos que nuestra vida cotidiana se transforma de una carrera de obstáculos o campo de minas a una experiencia plena, honesta, sincera y sobre todo, real.

¿Estarías dispuesto / dispuesta a ser coherente en tu vida siquiera una vez?

Cómo hacer reuniones que sirvan para algo

Mucho se ha escrito sobre cómo hacer reuniones eficientes, para optimizar su duración, temas a tratar, entorno adecuado, etc., pero de alguna manera, no hay una compilación en un solo lugar sobre las «mejores prácticas», basadas en la experiencia y no en la teoría, sobre lo que sería conveniente hacer para que el compartir tiempo y espacio sirva realmente a un propósito concreto.

En el pasado, las reuniones eran absolutamente necesarias, ya que no existían métodos que pudieran equiparar la presencia del grupo para intercambiar ideas o hacer planes. Hoy, ese paradigma ha cambiado, porque tenemos a nuestra disposición muchas herramientas que nos permiten comunicarnos de manera inmediata, intercambiar documentos, dejar constancia de nuestras actividades e incluso depositar información en lugares fácilmente accesibles para su revisión, modificación o aprobación.

Por tanto, el compartir espacio ha evolucionado hasta el punto de convertirse en un lugar para ACTUAR y no para deliberar, ya que podemos hacer esto último empleando los medios que he mencionado antes.

Podemos resumir en pocas líneas las características de una reunión eficiente:

  • No más de 15 minutos de duración y respetando rigurosamente el tiempo destinado a la misma. Cuando se acaba el tiempo, termina la reunión, independientemente del estado de la misma. El tener un reloj que muestra de manera regresiva el tiempo restante puede resultar muy útil, ya que ayuda a mantener el foco y no distraerse en detalles irrelevantes.
  • SIEMPRE de pie. Las reuniones donde los y las asistentes pueden sentarse se alargan innecesariamente.
  • Con un alto nivel de interactividad: Todas las personas implicadas participan activamente, opinando, escribiendo y concluyendo.
  • Los y las asistentes conocen de antemano el tema a tratar, lo que se espera de la reunión (accionables a conseguir al final de la misma) y han preparado con anterioridad su aporte a la misma. Normalmente una reunión debe tener uno de estos dos objetivos: actualizar sobre el estado de un proyecto o actividad compleja o discutir uno o varios problemas en particular.
  • Sólo asisten quienes tengan voz y voto.
  • Se convoca únicamente si es estrictamente necesario. Con esto se crea una cultura de «reuniones útiles» a donde se acude con interés y entusiasmo.
  • Cada participante sale del encuentro sabiendo exactamente lo que tiene que hacer y cuando. Es importante contar con una pizarra o lugar visible donde queden consignadas las tareas realizadas, a realizar, así como el o la responsable de las mismas, para volver a ella en caso de duda y comprobar el avance o progreso.

¿Tienes alguna sugerencia sobre cómo mejorar las reuniones de tu lugar de trabajo? ¿Alguna buena práctica que uses y que no hayamos mencionado aquí? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios!

Sobre la realidad

En un post anterior sobre el propósito vital, terminaba preguntando sobre si considerábamos la vida como una sucesión de eventos sobre los que no teníamos ningún control o si por el contrario, trabajábamos activamente por construir una realidad como la que queríamos vivir o experimentar.

De este cuestionamiento se derivan dos preguntas interesantes: ¿qué es la realidad? o, por otra parte, ¿sabemos cual es la realidad en la que deseamos vivir?

Bruce Lee, ese «artista de la vida» que invirtió casi la totalidad de su corta existencia en buscar su propio método vital, nos da algunas ideas sobre este concepto:

«El enfoque occidental de la realidad se plasma en gran medida a través de la teoría, y la teoría comienza por negar la realidad: hablar de la realidad, darle vueltas a la realidad, captar cualquier cosa que atraiga nuestros sentidos, intelectualizarla y abstraerla de la realidad misma»

¿Cuantas veces hablamos de una realidad que no conocemos de manera experiencial? ¿O de la que simplemente hemos escuchado algo y por ese simple hecho, nos convertimos automáticamente en expertos en la materia, sin siquiera saber de qué se trata en concreto? Esta negación sistemática del entorno en el que vivimos y percibimos impide de manera muy eficaz que apreciemos la vida tal y como es, lo que nos lleva a la siguiente cita:

«Lo que ES resulta más importante que lo que DEBERÍA SER. Casi todas las personas observan lo «que es» pensando en cómo «debería ser».

¿Suena familiar? Lo normal es vivir en un mundo de frustraciones porque las personas no hacen lo que «deberían», el mundo no funciona como «debería» o mi percepción de la realidad es lo que «debería» ser, enfoque este que es un camino seguro y estable hacia una vida llena de frustraciones y sinsabores.

El simple hecho de aceptar la realidad tal como se presenta, sin filtros ni valoraciones, nos permite «desintoxicarnos» y dejar de lado la forma más sutil de auto-agresión, que es la de querer cambiar todo eso que no nos gusta de nosotros mismos, y por extensión, del mundo, sin haber aceptado que ello es LO QUE HAY Y LO QUE ES. El primer paso para cualquier proceso de modificación de conductas es ACEPTAR que están ahí, y seguidamente decidir si queremos dejarlas estar o cambiar algo de sitio.

Una vez que somos capaces de observar sin valorar, es posible saber, poco a poco, lo que deseamos en realidad, sin estar influídos por nuestras creencias limitadoras que normalmente nos llevan hacia lugares poco agradables, que casi siempre aceptamos sin rechistar demasiado, porque, ahora si (paradojas de la vida, «es lo que hay».

¿Eres capaz de observar la realidad tal como es, o te cuesta separar tus ideas preconcebidas de como ocurren las cosas en el mundo? La paciencia, la compasión y el equilibrio interior, alcanzable a través de periodos de soledad y meditación, son herramientas fundamentales para lograrlo.

(Citas extraídas de «Pensamientos Extraordinarios». Bruce Lee, compilado por John Little. Ed. Dojo. Págs. 35 y 36).