La meditación en todas partes

Cuando impartimos charlas sobre meditación, la gente nos suele preguntar sobre cual es el mejor tipo de meditación que existe. Y la respuesta casi siempre es la misma: depende!, ya que todas las personas somos distintas y por tanto, la manera de meditar de cada uno es muy personal.

Sin embargo, también es importante aclarar que la meditación no consiste únicamente en el acto de sentarse, cerrar los ojos, relajar el cuerpo y «poner la mente en blanco». La experiencia de estar con nosotros mismos va mucho más allá y curiosamente puede experimentarse de muchas maneras «poco ortodoxas». En los textos clásicos budistas, se habla de sastres y zapateros que alcanzaron la iluminación simplemente ejerciendo su oficio con atención y entrega, lo que nos lleva a pensar que el ejercicio meditativo consiste, más que en dominar una técnica o practicarla regularmente (que también es importante), en poder estar con nosotros mismos de manera tranquila para darnos un respiro de tanto «ruido mental» y poder volver al punto de equilibrio.

Podemos meditar mientras cocinamos, escuchamos música, limpiando la casa, fregando los platos (mi manera «casera» de meditación favorita), mientras caminamos y en general, si estamos completa y verdaderamente presentes en lo que hacemos: concentrados en la tarea sin dejar que la mente divague sobre lo que haremos después o lo que hemos dejado de hacer.

Y para terminar, una sugerencia: si se te dificulta «centrar» la mente, puedes concentrarte en tu respiración (el acto de inhalar y exhalar) o contar cada vez que respires (1 inhalas, 2 exhalas, 3 inhalas, 4 exhalas, y vuelta a empezar) para tener un «punto de referencia» al que volver si te distraes. Comienza meditando por periodos cortos que irás alargando a medida que adquieras práctica. Pruébalo, es sencillo!

¿Cómo es tu dia ideal?

Resulta cuando menos curioso ver que muchos de nosotros pensamos que queremos vivir o experimentar determinadas situaciones, pero normalmente no las ponemos en contexto, es decir, aparte de ser deseos aislados, no se tiene un plan o una estrategia para hacerlas realidad. Simplemente se quedan en frases del estilo «si pudiera, iría / compraría / tendría / aprendería…»

Sin embargo, si dedicamos el tiempo necesario a plasmar estos deseos en un plan concreto que pueda dar lugar a acciones realizables, de repente esos deseos de «algún día» se transforman en una realidad alcanzable.

Una buena pregunta para comenzar es: ¿Cómo es tu día ideal?, que puede interpretarse como: qué cosas te gustaría hacer en un día en el que todo fuera tal como tu quieres? Antes de responder: «me gustaría no hacer nada» o «dejar de preocuparme», ten en cuenta que así el primer impulso sea el de «liberarse» de aquellas cosas que no nos gusta hacer o que hacemos por obligación o necesidad, hay otras actividades que nos motivan, nos hacen sentir felices y sobre todo, nos dan la posibilidad de crear y de paso, poder cambiar la realidad en la que vivimos.

Una vez aclarado lo anterior, prepara papel y lápiz e imagina cómo sería el día perfecto: qué harías al levantarte? Qué comerías? Cómo gestionarías tu tiempo? A qué lo dedicarías? Cuantas horas te gustaría dormir y estar despierto? Donde te gustaría estar? Con quien te gustaría compartir este día ideal? Incluso puedes hacer un horario de actividades, si quieres.

Una vez terminado, revísalo y ve punto por punto. Comprueba que todo aquello que has escrito se ajusta a tus deseos. A veces el impulso hace que pongamos cosas que en realidad no queremos hacer de manera regular, o que se limitan a un experiencia que es difícil que se repita. Déjalas a un lado por el momento. Lo importante es crear una guía de aquellas actividades que te gustaría repetir normalmente porque las disfrutas o te aportan lo que busques: tranquilidad, alegría, plenitud, etc.

Ya tienes tu lista. El siguiente paso es preguntarte cómo convertirla en tu realidad diaria. Puede que necesites eliminar o cambiar ciertos hábitos, ver las cosas de otra manera, replantearte compromisos o relaciones o incluso cambiar de trabajo o ciudad. Pregúntate qué estás dispuesto o dispuesta a hacer para hacerla posible. ¿Qué si vale la pena? Imagina tu vida como una sucesión de días ideales. Suena bien, verdad?

La palabra prohibida

Por esta época en la que reina la confusión y la incertidumbre, muchas personas se han dado cuenta poco a poco que el estilo de vida que se venía llevando hasta ahora no proporcionaba satisfacción más allá del momento en el que complacíamos esos impulsos de consumo y desenfreno, para después retornar, de manera cada vez más veloz, a ese vacío perenne al que tanto se teme. Como consecuencia, hay cada vez mayor demanda de una perspectiva diferente y que no se base únicamente en lo material para encontrar alguna respuesta satisfactoria.

Sin embargo, cuando se menciona la palabra «espiritualidad» o «espíritu», los potentes rezagos de la educación judeo-cristiana que la mayoría de nosotros ha recibido, generan un rechazo casi automático, porque asociamos este término con «religión», «dogma» o «la ley del karma». Nada más lejos de la verdad. Si bien es cierto que esta expresión se ha asociado tradicionalmente con aquello incorpóreo perteneciente a una entidad superior, es importante tener en cuenta que va más allá de cualquier vínculo a un movimiento o corriente de pensamiento en particular y se refiere más bien a la capacidad que tenemos de conectar con toda la energía y la vida que nos rodea.

La espiritualidad necesita de «mantenimiento», porque es aquello que mantiene la coherencia necesaria para entender y sobre todo, sentir el pulso del mundo en el que vivimos. Así como alimentamos y aseamos nuestro cuerpo, es importante cuidar de nuestra espiritualidad a través del silencio, la meditación, el cultivo de aficiones que nos reconcilien con nosotros mismos y el entorno y sobre todo, mediante el contacto con otras personas que compartan los mismos intereses.

La espiritualidad no es una simple palabra: es la definición de nuestro enlace con el planeta y todo lo que en el habita. Es esa antena que nos permite percibir la vida y apreciar toda su extraordinaria complejidad y belleza.

Quédate en silencio y a solas

Es curioso ver como en estos tiempos de estrés y altísima exigencia, cada vez más la soledad y el tiempo para cada uno se ven como algo innecesario y hasta perjudicial. El apartarse del mundanal ruido es un comportamiento «altamente desaconsejable, ya que la unión hace la fuerza», dicen. Sin embargo, el exponernos cada vez más a la influencia de medios e intereses ajenos a los nuestros hace que vayamos perdiendo progresivamente la capacidad de mirar hacia adentro y encontrar aquello que nos gusta en realidad, que nos distingue de los demás y que nos permite cambiar, así sea de manera casi imperceptible, el mundo que nos rodea para convertirlo en un lugar mejor para vivir.

La creatividad es fruto del silencio y la introspección. ¿Cuantas veces se nos ha ocurrido una idea novedosa cuando caminamos por un sitio tranquilo, escuchamos música relajante o simplemente estamos sentados en algún lugar que no esté invadido por ruidos y distracciones que compiten a cada momento por llamar nuestra atención? Y en cambio, ¿cuantas se nos han ocurrido en medio de una situación de estrés, un ruido insoportable o un lugar lleno de gente que habla a la vez?

El permanecer tranquilos y a solas regularmente nos permite encontrar la esencia de quienes somos en realidad, y poder crear a placer aquella realidad que hasta ahora sólo existe en nuestra mente, compartiéndola con el mundo. No hay nada de malo con disfrutar del silencio y la soledad de vez en cuando, por el contrario, estos espacios de calma y para nosotros son el medio ideal para ir más allá de aquello que nos dicen que debemos pensar, decir o hacer.

Al principio puede que cueste, pero la práctica hace al maestro. Comenzar con 1 ó 2 minutos de soledad y tranquilidad, sin ruidos o molestias puede que parezca poco, pero es un excelente entrenamiento para ir aumentando paulatinamente este espacio propio e íntimo tan necesario en los tiempos que corren.

Y para terminar, para aquellos que no recuerdan cómo estar solos, les dejamos este vídeo explicativo. Disfruten!

httpv://www.youtube.com/watch?v=k7X7sZzSXYs